Reseña: Dragón, La vida de Bruce Lee (1993)

Director: Rob Cohen.
Intérpretes: Jason Scott Lee, Lauren Holly, Robert Wagner.

Sinopsis: Biopic sobre la vida de Bruce Lee, desde su salida de China hasta un tiempo antes de fallecer.

Adaptada a través del libro biográfico escrito por su mujer, Linda Lee, Dragón nos presenta los momentos claves de la vida del "pequeño dragón".


Para cualquier amante de las artes marciales esta película presenta una motivación adicional. Y es que, Bruce Lee, está considerado como uno de los grandes maestros de la marcialidad. Su filosofía enmarcada en el libro que escribió estando postrado en una cama, "El Tao del Jeet Kune Do", reúne las características que lo convierten en un arte marcial y un icono filosófico oriental.

Aparte de la obvia persistencia filosófica de Bruce Lee, su increíble condición física le permitió adentrarse en el mundo del cine de la manera más inesperada. Todo esto es lo que Dragón nos muestra.

Lo que más impresiona de este film son las cualidades de Bruce Lee. Unas cualidades que van más allá de la población normal, y esto es lo que resulta tremendamente creíble y, a la vez, apasionante.

Aunque después de mostrarnos todo lo que sí y no sabíamos sobre Bruce, hubiese estado muy bien que nos adentraran en el tema de su inexplicable muerte. Queda muy bonito decir "muchos se preguntan cómo murió, yo prefiero preguntar, como vivió"; sí, perfecto, pero eso díselo a la población que ve esta película como una curiosidad, no a la cantidad de seguidores del "pequeño dragón". Este es quizás el único detalle que me ha dejado frío, pues todo lo demás resulta completamente interesante, y cualquier detalle nos embauca hasta el último minuto.

La excelente forma del actor protagonista, Jason Scott Lee, encaja perfectamente en el papel, permitiéndole rodar escenas durísimas que no todos los actores podrían realizar.


Un gran biopic sobre este gran artista marcial y, posiblemente, filósofo oriental contemporáneo.

Para destacar: En sí la película nos brinda un gran interés.
Para olvidar: Que nos evada el tema de su muerte.